Sería una gran mentira decir que ninguna persona se ha sentido “deprimida” en algún momento de su vida ya que nuestro estado de ánimo varía a lo largo de ésta y es normal, pues nos ayuda a darnos cuenta que algo está faltando en nuestra vida y que debemos considerar cambiar algunas cosas. Pero es importante recordar que la depresión va mucho más allá de un simple cambio de estado de ánimo.
Pero, ¿qué pasa en las fiestas decembrinas?
Y llegó la navidad, todo el mundo está pensando en que regalos dará, empieza a hacer las compras para decorar desde su casa hasta su oficina, además tengo que recordar los propósitos que hice en año nuevo para saber mis logros, ¿baje de peso? ¿Fui al gimnasio? ¿Tengo pareja?......
En diciembre es cuando aumentan los casos de depresión y suicidio y es precisamente por esta razón. Es cierto que la buena voluntad y la alegría flota en el aire, pero también es el momento de evaluar si he cumplido las metas propuestas para este año o no, y qué mejor época que la navidad para recordar los buenos momentos que ya no tenemos, aquella pareja que nos hacia tan feliz, las navidades que pase con mi ex esposo (a), el abuelo, abuela, mama o papa que ya no están y después de todo este análisis al darnos cuenta que no podemos obtener esa felicidad que DEBEMOS tener en las fiestas se produce tristeza y depresión.
Entonces la persona se aísla pues no tiene nada que festejar, y al momento de analizar y hacer el recuento de los logros obtenidos nos colocamos un filtro que nos impide ver lo positivo del año y tendemos a ver solo el lado negativo de las cosas...
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miércoles, 26 de noviembre de 2008
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